6.3.13
No todos pedimos Coca-Cola
14.11.12
International jobs
El descubrimiento lleva por nombre kikki-k y fijaos las vueltas que da la vida que tiene sede física en Australia y Singapur (mis queridos singapureños a los cuales me gustaría volver a visitar...) Os dejo con unas cuentas propuesta dentro de su página, dentro de ese estilo cada vez más demandado por su limpieza y simpleza que a mi tanto me encanta. Podéis encontrar aquí incluso pasos para hacer de tu despacho un lugar al que te apetezca ir, o tarjetas especiales para alguien especial o millones y trillones de ideas.
13.5.12
Azul piscina
7.5.12
Viento dentro.
Andar lo conocido y vuelta a empezar. Sólo él tenía el mapa de los pasos atrás que había que dar.
Su boca se abrió, murmullos.
Creímos oír palabras, palabras embotelladas en alma de poeta que prueba su coartada como un sinnombre.
Maletas le perseguían conscientes de que no volveríamos a aparecer jamás.
No ves, tan sólo ellas le siguen, aunque existan dos islas, existe una calle que conecta entre las dos, que está llena de gente y conversaciones que aparecen y desaparecen entre la niebla que habita en la ciudad. Y no van a hablar, las puertas del metro se abren y cierran y él no sale de dentro, su vuelo le espera, las maletas aguantan sus ganas de volar.
Fuera está frío, el viento ha transformado la ciudad en un lugar donde las caras no se ven cuando paseas por la avenida principal. Ellos esperan, nadie les dice de pasar. Cruzan la calle y sopló más viento. Purpurina y algo más.
16.4.12
Paseo entre azulejos
Hace exactamente una semana llegué de Roma, y bien sabéis todos los que allí habéis estado, que cualquiera de sus calles es interesante, ninguna tiene desperdicio. Cada ciudad esconde algo muy íntimo que quiere contar, como un secreto a voces pero que cada persona recibe igual no en su primera visita, pero si en la segunda. Como una película que ves por primera vez y a la segunda, entiendes el porqué de pequeños detalles que no habías observado con atención.
La sencillez con la que unos pocos disfrutan mirando por una rendija de una ventana y contemplando una parte de una ciudad, en silencio, sin miradas que sacudan el aire, crear el clima apropiado donde crecen los significados de las palabras de la ciudad. Rincones polisémicos, distintos para cada uno de nosotros, pero todos como pequeños diarios escondidos que de vez en cuando leemos.
Tuvimos la suerte de poder asistir a una charla con el arquitecto que sigue los pasos de Gaudí en el proyecto de la Sagrada Familia, Etsuro Sotoo. Nos habló de ese concepto tan ambiguo que es la belleza y sus múltiples facetas. Pero, ¿dónde está? Dentro de cada uno de nosotros, funciona como una caja de resonancia que a veces vibra y a veces no. Poseemos algo que nos caracteriza, embruja el cuerpo, hace parecer distinto en algunas ocasiones
y tan desapercibido en otras.
4.3.12
De lo galáctico al vintage I+D
Si este afirmación se impone en más de un paradigma de la sociedad, no deberían plantearse muchos artistas modernos que a las personas no les agrada comerse la cabeza con escenarios compuestos por una luz amarillenta y un cubo de charol al fondo. Es probable que estemos viviendo algo parecido a la época del Romanticismo, donde artistas como Delacroix regresaban a Grecia, donde la gente se sentía cómoda y reflejada, donde los espectadores entendían de que se les está hablando, y poco a poco dieron paso a obras que reflejaban sus días, pero el arte continuaba formando parte de su historia y no les hacia ajenos a ella.
27.2.12
Menos a veces es más.
28.1.12
1940
Ya desde hacía tiempo le había visto pasar junto a mi ventana. Nunca creí en el destino, el azar o la suerte pero desde ese día mi vida se vio sacudida por una enorme tempestad. Como cada mañana me tomaba un café ardiendo y salía por la puerta con una manga de ese abrigo de pelos que mi madre me había regalado desde que dejé de aumentar de altura. Eran días fríos en la ciudad, estaba totalmente acostumbrada a este tiempo y cualquier queja de los turistas que asolaban la ciudad con sus cámaras enormes me resultaba cómico y no podía evitar esbozar una sonrisa cuando oía sus palabras malsonantes y al cruzar la esquina empezaba a reírme sola, como a alguien quien le han contado un chiste hace unas horas y no puede evitar reírse cada vez que lo recuerda.
Me esperaban en el estudio. Como siempre mi falta de puntualidad se hacia notar y ya llevaba varios toques de atención, sino hubiese sido mi jefe un viejo conocido de mi padre me habrían despedido en la primera semana. Trabajaba en una vieja tienda de antigüedades, y si pensaba que iba a llegar excesivamente tarde cogía un croissant o algo que rompiese con el ceño fruncido de mi jefe que me esperaba en la tienda para colocar las nuevas cajas que habían llegado. Era un señor algo corpulento, con una mirada triste que se enfrascaba en los textos de libros de autores enamorados del siglo XX o pasaba horas contemplando los espejos a los que parecía adorar.
Cuando llegue me dio la regañina oportuna. A día de hoy creo que afirmar que era algo así como un ensayo que tenía preparado y reinventaba alguna frase ya fuese por el día de la semana en el que nos encontráramos o por sus largos años vividos que pesaban ya sobre su físico.